sábado

Películas / Eraserhead de David Lynch



David Keith Lynch (n. Missoula, Montana, Estados Unidos, 20 de enero de 1946) es un director de cine estadounidense. Su actividad artística se extiende asimismo al terreno de la pintura, la música, la fotografía e incluso el diseño mobiliario


Eraserhead

Henry Spencer se entera en casa de los padres de su amiga Mary de que ha sido padre de un bebé prematuro e inhumano. Mary se instalará en casa de Henry junto con el recién nacido, un pequeño ser que enferma repentinamente. De repente, el joven se verá asaltado por unas curiosas criaturas muy parecidas a los gusanos. Mientras, la cabeza y el cuello del pequeño no dejan de crecer amenazantes.

Portadora de su propia lógica, posee una ambigüedad impenetrable que permite que solo se le puedan encontrar significados alegóricos de manera superficial


El rodaje de Cabeza borradora duró cinco largos años y debió trabajar de dia para seguir su producción de noche.

Lynch logra la creación de una atmósfera en total consonancia con el estado emocional en el que se encuentra el personaje, y la total integración de lo onírico y de lo absurdo en ese universo cerrado.

Es un viaje alucinante al fondo de la mente.

Conjuga el género fantástico, el cine experimental y el psicoanálisis; con el añadido de ser estéticamente una  película oscura, opresiva y difícil de ver.


Pesadilla situada en un paisaje urbano industrial y degradado

Absurdo /  Surrealista   /  Morbo   /    Estética en base a un rígido blanco y negro
Efectos Los movimientos y jadeos del bebe, sus gemidos continuos y el tono de gris enfermizo de su piel son obra del propio Lynch (materialmente hablando)      /     Narración Desarrollo lento al principio y dinamismo al final.     /     Sonidos  Siempre de fondo, se escucha un pegajoso siseo




Películas / Santa Sangre de Alejandro Jodorowsky




 

viernes

Películas / Andrei Tarkovski

“Nostalghia no descansa sobre nada;

si existe, es en la medida en que la imagen poética existe.

Por eso… me siento más próximo a Nostalghia”

Fuente: Llano, R., Andrei Tarkovski . Vida y obra. Volumen II, Valencia, Filmoteca, 2002, p. 722.

 

Herramientas del análisis / La interpretación de mensajes audiovisuales


La interpretación de mensajes audiovisuales:
análisis y crítica cinematográficas
Por Ana María Sedeño Valdellós.  valdellos@uma.es

Herramientas críticas

En cuanto a las formas para realizar críticas, David Bordwell1 destaca la herramienta de los campos semánticos, que capacitan al crítico para producir interpretaciones de todo tipo y para introducir sus reflexiones en campos hermeneúticos más ricos, donde sustentar sus reflexiones.

Un campo semántico es un conjunto de relaciones de significado entre unidades conceptuales. La relación campo/ciudad constituye un campo semántico, unificado por una relación de significado opuesto. Ciudad/pueblo/aldea/casa también es un campo semántico, organizado en orden descendente de tamaño. Ciudad/provincia/región/país, constituye un campo semántico definido por inclusión.

En principio, existen dos actividades implicadas:

El intérprete o crítico debe construir campos semánticos que puedan asignarse a la película.

El intérprete o crítico debe encontrar indicaciones y patrones sobre los que ordenar los campos semánticos. Estética: fotografía, vestuario, música, sonido, puesta en escena. Etc.
Para asignar significados explícitos, implícitos o sintomáticos a estas indicaciones, el crítico debe adscribir alguna hipótesis sobre campos semánticos apropiados. ¿Cuáles son esas indicaciones sobre las que construir campos semánticos? Algunas posibles:

1. ¿Cómo son los personajes?: actuación, motivaciones.

2. ¿Son reales?

3. ¿Qué quieren, qué desean?

4. ¿Por qué hacen lo que hacen?

5. ¿Son sus acciones una derivación de sus formas de ser?

6. ¿Cómo están relacionado los fragmentos de acción?

7. ¿De qué modos están relacionados los personajes?

8. ¿Qué dicen las acciones acerca de los personajes que las realizan?
La interpretación de una obra audiovisual no puede despegar a menos que se propongan campos semánticos relativamente abstractos sobre todo si quiere llegar a significados implícitos o sintomáticos.

jueves

Lecturas / Peter Greenaway



El cine de Greenaway está marcado por una serie de imágenes o elementos que se repiten, casi invariablemente, cinta tras cinta, de una forma obsesiva, lúdica y rotunda.

• En primer lugar, y de forma sobresaliente y original, su pasión por el orden, por lo enciclopédico, por las colecciones, la taxonomía. Cuenta, lista, clasifica toda clase de objetos: libros, maletas, cuerpos, comidas, arquitecturas, etc. De esta manera vemos, literalmente, montañas de libros en Los libros de Próspero y una enumeración de ellos, con nombres sugerentes. En Las maletas de Tulse Luper: La historia de Moab, una lista de maletas que va relacionando, numeradas, y de los curiosos contenidos de cada una de ellas.

• Su amor por las letras y los números, que le ayudan en las clasificaciones que mencionamos, pero que, mayoritariamente, para él tienen un valor en sí mismos. Utiliza con profusión letras y números en muchos tipos diferentes. Las letras solas (más como dibujos que como letras) o en compañía formando palabras y frases recorren la pantalla, aparecen en cualquier momento, están (The Pillow Book) incluso sobre cuerpos humanos.

• La anatomía es otra de las constantes del cine de Greenaway. Siempre hay algún cuerpo desnudo, alguien que se desnuda, alguien que es desnudado. A veces la imagen del cuerpo puede ser más o menos erótica, pero, en la mayor parte de las ocasiones, es un cuerpo presentado como un cuerpo más del orden animal, como un estudio anatómico. Clasificado pero casi inhumano.

• Búsqueda incansable de lo geométrico, el equilibrio y lo simétrico. Planos que se dividen, multiplican. Por todos los fotogramas encontramos cuadrados, circunferencias, rombos, líneas paralelas... Todo equilibrado y tras una simetría exacta. Objetos que se equilibran a ambos lados de la pantalla. Gemelos.

• Su juego con el arte es común a todos sus films. Personajes que parecen en un cuadro, referencias abundantes a la literatura, la arquitectura, la música,... Personajes que son artistas. Títulos de sus películas en las que aparecen palabras como "arquitecto", "dibujante"...

• El Barroco es el modelo y la norma en sus cintas. Lo abundante, lo excesivo, lo sobrecargado... Fragmentos de estatuas enormes ("El vientre del arquitecto"), reses abiertas en canal ("El cocinero..."). La propia época ("El niño de Maçon", "El contrato...").

• Imágenes, fijas o en movimiento, en uno o más cuadrados, sobre la imagen principal. Son como ventanas a otros personajes, a otras situaciones, a otros puntos de vista, a acciones paralelas. Películas dentro de las películas.

Es preciso señalar que estos elementos que se repiten están en línea con la música minimalista y repetitiva del compositor Michael Nyman, que suele ser el creador de las bandas sonoras de las películas de Peter Greenaway.

Lecturas / El relato




Christian Metz propone que relato es:

- “en tanto que objeto material, todo relato está clausurado” por ello tiene inicio y final

- “todo relato pone en juego dos temporalidades: la de la cosa narrada, la que deriva del acto narrativo en sí”.

- el relato es un discurso, “una serie de enunciados que remite necesariamente a un sujeto de la enunciación” en la que existe una “instancia narrativa” en la que alguien relata algo.

- la percepción del relato irrealiza la cosa narrada: un relato no es la realidad.

- El relato es un conjunto de acontecimientos, “un discurso cerrado en el que el acontecimiento es la unidad fundamental” y que permite a Metz definir relato como “un discurso cerrado que viene a irrealizar una secuencia temporal de acontecimientos”.

• contar es inherente al hombre histórico, ¿lo será al hombre como animal racional?. Relata homero, y Las mil y una noches, y los pueblos originarios de América. La Biblia es un relato de la creación del mundo. El relato oral hace surgir la historia, recrea el pasado, construye la memoria y nos permite salir de la animalidad.

• Pero en el relato está implícita una forma de relatar y allí, en ese modo, también se construye la idea de relato. Por ello no es más que una categoría vacía que se nutre de cada acción de relatar –según su época histórica, su contexto político económico, su especificidad cultural-.

El relato cinematográfico
El relato existía mucho antes de la parición del cine, y los realizadores de cine se inspiró en las demás artes a la hora de inventar sus propios “modos de contar” historias; puede decirse, pues, que no existe cine sin relato (¿y el cine oriental, y el experimental?).

Sin embargo el relato cinematográfico se diferencia radicalmente de otros, como el literario. El relato de una película es mucho más que su guión. Atravieza todas las etapas de la creación del filme, incluidos el rodaje y montaje. Se encarna en la representación de los actores, en sus voces y cuerpos; en la elaboración de la banda sonora, el uso de la elipsis, fundidos, flashback/forward, etc.
El relato, en cine, es una puesta en escena. De ahí la paradoja porque “Nada es mas natural que contar, ni menos que poner en escena”

En la ¿dicotomía? documental/ficción, la reflexión sobre cine suele separar ambos géneros, aunque cada vez más vemos “como toda película participa a la vez de los dos géneros” señala Metz.


martes

Lecturas / Un mapa del cine mundial



Síntesis de una edición de la Revista Ñ del año 2009.

Un mapa del cine mundial    BAJAR



domingo

crítica de tesis / Fin de Semana


Un Muro de Silencio

Por Quique González


“Parlamento... parlamento...” repite la mamá de Martina con los auriculares tapando sus oídos, tapando sus sentidos. Parlamento, “conversación o diálogo para llegar a un acuerdo o solucionar un asunto”. Parlamentar, hablar, conversar, comunicarse es el deseo de una hija que se siente desolada, que necesita una presencia cálida, una palabra sanadora, una mamá que la mime. Pero la mamá apenas puede estrechar lazos con su celular, su notebook, sus artefactos distantes, lejanos, muy lejanos de lo que siente su hija, de lo que necesita su hija: dialogar para intentar solucionar un asunto.

Si hay algo que se respira en el aire de “Fin de semana” es esa sensación de que nada va a ocurrir, nada puede pasar, es decir nada de lo que deseamos nosotros junto con Martina va a suceder. Y es esa imposibilidad, esa frontera, un muro que se ha levantado entre dos seres que uno intuye se extrañan, extrañan quererse, pero cuando están frente a frente se evaporan como sombras de ellos mismos, de lo que quizás alguna vez fueron.

La imagen se nos aparece impecable, sobria y en este sentido se puede decir que lo cuidado, prolijo, equilibrado de la composición no hace más que subrayar este ambiente gélido que se aplasta aun mas con la acertada y riesgosa decisión de apostar al teleobjetivo como el mecanismo que dirige la película. Pero es el sonido el verdadero protagonista de esta historia. Los silencios, los duros silencios apenas cortados con diálogos superficiales e inocuos; un silencio que lastima, que corta y penetra adentro de cada una de estas mujeres que las empuja a conectarse y apenas balbucear “me siento sola”(excelente Jéssica Kloner, la hija) o “te pasa algo” (una fría Ginette Reynal, la madre) para inmediatamente replegarse y volver a entregarse al silencio.

La película no conmueve sino que nos deja estáticos, arrugados; nos deja una extraña y desagradable sensación de impotencia, de inutilidad. El rigor de la puesta en escena contrasta con cierta sencillez, cierta delicadeza que nos transmite porque abandona cualquier arrebato de pretensión, y esto siempre será bienvenido en el cine.

“Fin de semana” es un trabajo final de alumnos de La Metro presentado a fines de 2009: bienvenidos al mundo del cine.

crítica de tesis / Fin de semana


Paarrrlamennnto

Por Diego Arroyo


La escena empieza con un Plano General desde la costa hacia al lago con fondo de montañas: curvas quebradas como ondas electromagnéticas o de estadísticas: arena, piedra, agua, cielo. Un encuadre preciso, ajustado a líneas rígidas que no desvían la mirada hacia una persona en la playa. En el acorte el rostro de la hija deja espacio para que en el fondo irrumpa una mancha roja que el foco empieza a develar. Más curvas, oscilantes, de aquí para allá, forzando a abrir las paredes del encuadre para dejar paso a la sinuosidad de la madre. Piel, huesos, miembros… en esa aparición la escena se enciende. Prosigue con su intercambio de desencuentros entre esa madre y esa hija que están físicamente al lado pero con almas a años luz de distancia.

Las miradas escapan por los extremos del encuadre evitando toda forma de cercanía. La madre, con ese vestido de playa en la gama del rojo, apenas dejando escapar algo de hombros y cabellos sueltos, esbelta, soberbia, apasionada, temperamental, es el “esto es porque yo estoy”... La hija, cubierta por un abrigo en tonos azules. Cabello rígido, encogida, ensimismada, oculta, aplacada, está en la sintonía del “yo no estoy porque no soy”. Todas estas caracterizaciones están en la complejidad de la oposición del rojo y el azul. La escena goza (la disfrutamos los que la vemos), de un intercambio de polaridades que se mueven como una segunda imagen (un guiño, una celebración a la prestidigitación cinematográfica). Podrían ser padres e hijos, amantes lejanos, hermanos del círculo cromático pero siempre en eterna oposición: el cielo y la tierra, Venus y Marte, la nada y el ser… El rojo excita el metabolismo y el azul lo relaja. Los colores en esa escena hablan por sí mismos. La madre y la hija no hablan, apenas si intercambian palabras para rellenar el vasto espacio de la playa que sólo lo completa el viento y que colabora en tensionar aún más la imagen. Las dos mujeres (bien mujeres), apenas si acomodan sus planos medios en el cuadro y sin embargo la distancia se explicita en el escape continuo de las miradas.

Como si fuera poco, la oposición formal de cada uno de los “elementos” de la escena: piel, cabellos, ojos, cabezas, colores, arena, sol, cielo, palabras, telas… Están las palabras. Están las palabras que se dicen y las que no se dicen que son las que dan vueltas a lo largo de todo el cortometraje. En qué idioma hablan estas mujeres? Todo en ellas es oposición. La madre se pone los auriculares de su i-pod y sigue con su curso personal de italiano… “parlamento”, paarrrlamennnto”, se dice en italiano eso que apenas, lejanamente, entienden en español.


crítica de tesis / Fin de semana


Voy, pero no estoy

Por Pablo Natta


“Fin de semana” es una historia protagonizada por Ginette Reynal y Jéssica Kloner, en la que se narra el breve encuentro entre una joven que rompió su matrimonio y su madre. Breve por el tiempo que comparten, pero sobre todo por aquello que ponen en el encuentro. Reynal aporta una dilatada experiencia actoral y su glamour en la construcción de un personaje que por momentos desempeña su rol materno como un trabajo, como aquello de lo que no puede “safar”.

El corto comienza con Martina, fuera de foco, con una bella toma de las sierras y los sonidos de la naturaleza como marco eterno en el que los humanos se a-bruman, des-dibujan y des-enfocan. Martina, al final del relato, está en el mismo lugar después de haber compartido un fin se semana (en minúscula) con su madre. Una metáfora de lo que dejó, para ella, el fin de semana.

“Fin de semana” es una historia de los vínculos humanos narrada con desapego. Diálogos carentes de afectos, que refieren a lo cotidiano, lo banal, nos hablan de vacuo universo en el que se mueven los personajes, de su relación fría, des-implicada. Estamos, quizá, ante un relato en el que se busca dar cuenta del des-interés en el otro. Historia de jóvenes sin padres, de la imposibilidad de comunicación. “Me siento sola” dice Martina. “Ya se te va a pasar” responde la madre, y sigue con su trabajo.

El encuentro, durante el fin de semana, nunca se produce; o lo hace así, líquido, banal. Alejado por la vergüenza a compartir la desnudez, las ocupaciones laborales, clases de idioma para el próximo viaje o por el maldito-insecto-zumbador que llevamos atado al bolsillo. Una llamada siempre corta el encuentro para darle preeminencia a las relaciones incorpóreas, mediatizadas por pantallas y lejanías. Estamos en una época que no tolera al otro cerca, rehúye el contacto de los cuerpos y mediatiza los afectos. También en éste aspecto el film transparenta un estado de la cuestión.

En sus casi 18 minutos, la tesis dirigida por Moroco Colman desenvuelve prolijamente la trama del estar-en-el-mundo cerca del otro, no con el otro.

sábado

crítica de tesis / Fin de semana




“Fin de semana”, de Sofía Castells y equipo


Por Ramiro Ortiz


Lo primero y que más permanentemente me impactó fue la fotografía. De primer nivel. Muy profesional. La actuación de Jessica Kloner también me pareció superlativa. Su depresión se siente como espectador. El corto está muy bien contado. Insisto con lo de la “naturalidad” con que una cosa lleva a la otra, lo cual en este tipo de narraciones de tipo clásico (existen otras, por supuesto) es todo un mérito.

La síntesis, la concisión, el orden, la coherencia, importan en esto, así como el no “irse por las ramas”. Me gustó también el desenlace. No tiene un final “cinematográfico” o “de cuento” donde el conflicto se soluciona más por necesidad de cerrar una historia que por una maduración propia de los personajes. Es súper creíble que la madre se vuelva a Buenos Aires sin siquiera devolverle nada a esa hija que le confiesa que se siente sola. Un problema como este puede solucionarse o tan siquiera “hablarse” en un fin de semana. En la realidad todo puede suceder. Pero en la ficción no siempre. Soy un convencido ferviente de que la realidad supera a la ficción. El “acuerdo de las partes” hubiera quedado irreal en ese contexto.

 

crítica de tesis / What a fuck!



What a fuck!, de Mariángel Magaquián y equipo


Por Ramiro Ortiz


Logró transmitir algo muy difícil: una sensación de incertidumbre, miedo, inestabilidad, enojo, contradicciones y cierta locura que los personajes están experimentando frente a la posibilidad de enfrentar un embarazo no planificado que pone en jaque a una pareja de constitución todavía frágil. Es de una complejidad importante la construcción de esa atmósfera.

También hay suspenso (con la aguja de tejer desde el comienzo en estado amenazante), e intensidad en las representaciones de los personajes. En los rubros técnicos (aunque cada vez dudo más acerca de la separación entre técnico y artístico; hay arte en un foco bien dirigido y técnica incluso para la espontaneidad) me gustaron la iluminación y el sonido en general. También le valoro la osadía. No soy un asiduo veedor de cortos, pero no creo que sea común en cortos como estos encontrar actores tan jugados e historias que se atrevan a mostrar mujeres tan desenfadadas o besos tan profundos entre los personajes; la sexualidad con un dejo de violencia eran necesarios para llegar adonde me parece que querían llegar los actores.

Subrayo y destaco también la ductilidad para contar. No se notan a primera vista escenas de más ni de menos. Una cosa lleva a la otra con naturalidad.



crítica de tesis / La última foto



“La última foto”, de Lucas Moretta y equipo


Por Ramiro Ortiz

Sobresalió la banda sonora. El prólogo de la historia me pareció de alta calidad. El casting es muy apropiado, en especial el niño y el adulto que en distintas edades son el mismo protagonista. Le agregan mucho a la historia.

La producción también merece una mención especial. El patio adornado para el cumpleaños. La escena policíaca al final, el periódico con la noticia especialmente impreso para la ocasión. Resaltan “frente a la cámara” el trabajo de producción.

La representación de época del comienzo tiene una estética bien lograda, lo mismo que la iluminación dentro del cuarto oscuro donde el protagonista revela sus fotografías en blanco y negro al estilo “artesanal”.

Buena decoración de la casona antigua, con sus cuadritos colgados de las paredes y la colección de cámaras, donde aquél vive. También están los recursos narrativos que rompen con la forma y los tiempos del relato. Las fotografías tomadas por el niño con la camarita que le regalan. El montaje rápido de primerísimos primeros planos como abreviatura del trabajo de revelado…