Un Muro de Silencio
Por Quique González
“Parlamento... parlamento...” repite la mamá de Martina con los auriculares tapando sus oídos, tapando sus sentidos. Parlamento, “conversación o diálogo para llegar a un acuerdo o solucionar un asunto”. Parlamentar, hablar, conversar, comunicarse es el deseo de una hija que se siente desolada, que necesita una presencia cálida, una palabra sanadora, una mamá que la mime. Pero la mamá apenas puede estrechar lazos con su celular, su notebook, sus artefactos distantes, lejanos, muy lejanos de lo que siente su hija, de lo que necesita su hija: dialogar para intentar solucionar un asunto.
Si hay algo que se respira en el aire de “Fin de semana” es esa sensación de que nada va a ocurrir, nada puede pasar, es decir nada de lo que deseamos nosotros junto con Martina va a suceder. Y es esa imposibilidad, esa frontera, un muro que se ha levantado entre dos seres que uno intuye se extrañan, extrañan quererse, pero cuando están frente a frente se evaporan como sombras de ellos mismos, de lo que quizás alguna vez fueron.
La imagen se nos aparece impecable, sobria y en este sentido se puede decir que lo cuidado, prolijo, equilibrado de la composición no hace más que subrayar este ambiente gélido que se aplasta aun mas con la acertada y riesgosa decisión de apostar al teleobjetivo como el mecanismo que dirige la película. Pero es el sonido el verdadero protagonista de esta historia. Los silencios, los duros silencios apenas cortados con diálogos superficiales e inocuos; un silencio que lastima, que corta y penetra adentro de cada una de estas mujeres que las empuja a conectarse y apenas balbucear “me siento sola”(excelente Jéssica Kloner, la hija) o “te pasa algo” (una fría Ginette Reynal, la madre) para inmediatamente replegarse y volver a entregarse al silencio.
La película no conmueve sino que nos deja estáticos, arrugados; nos deja una extraña y desagradable sensación de impotencia, de inutilidad. El rigor de la puesta en escena contrasta con cierta sencillez, cierta delicadeza que nos transmite porque abandona cualquier arrebato de pretensión, y esto siempre será bienvenido en el cine.
“Fin de semana” es un trabajo final de alumnos de La Metro presentado a fines de 2009: bienvenidos al mundo del cine.
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